domingo, 28 de marzo de 2010

Gunilla von Bismarck: la reina destronada

Posee un título nobiliario y otro asignado por sus amistades: el de diosa de la fiesta marbellí. A punto de cumplir 60 años, ha bajado el ritmo, pero no se ha retirado.

Eran otros tiempos. Era el principio de los años 80. Una España todavía morena y pacata zappeaba entre dos únicos canales de televisión, y descubría cómo se vivía más allá de sus fronteras a través de los episodios de Los Roper y Dallas.

Felipe González estaba a punto de relevar a Adolfo Suárez en la presidencia del Gobierno; los debates de La Clave informaban, con cautela, de las cuestiones que preocupaban a los intelectuales del país; Paloma San Basilio y su musical Evita obtenían un éxito sin precedentes, los SEAT Ritmo amenazaban con terminar con el liderazgo de los SEAT 127; Trigo Limpio representaba a España en Eurovisión y la cineasta Pilar Miró era sometida a juicio militar, meses antes su película El crimen de Cuenca había sido secuestrada por las autoridades.

Gunilla von Bismarck es una gran amante de los animales (KORPA).
Pero probablemente Gunilla, bisniesta del ‘canciller de hierro' Otto von Bismarck, sin profesión conocida y recién casada con el empresario inmobiliario español Luis Ortiz, nunca entró en contacto con ese mundo de cambios perezosos y hondos que trataban de transformar el paisaje español.

Embrujada... por el cachonde español

Por el contrario, esta ninfa rubia -casi albina, aristocrática, flaca, atractiva, nibelunga, de ojos transparentes y un poco saltones - se sumergió en la Marbella ideada años atrás por el también aristocrático Alfonso de Hohenlohe, una Marbella protagoniza por la llamada jet set y los dividendos.

A ella llegó con un objetivo claro: disfrutar de un lugar donde la gente era "más feliz, más alegre y tenía más cachondeo" que en su Alemania natal. La diversión fue también lo que la unió a su entonces marido, como confesó hace unos años a un diario andaluz.

Gunilla von Bismarck compite en la pista con Ana Obregón (KORPA).A eso, a "vivir", se entregó en cuerpo y alma durante una década en la que organizó las fiestas más sonadas y exclusivas de la ciudad malagueña y de Puerto Banús, hasta llegar a ser coronada reina de las noches mágicas de ese rincón de la Costa del Sol.

Este territorio no fue el único que gobernó. Muy pronto, su estela dorada atrapó también a las páginas del ¡Hola! y el Diez Minutos, dos ventanas desde las que el resto de ciudadanos espiaban con cierta envidia sus bailes hasta el amanecer, sus vestidos sin tirantes, sus invitados -jeques árabes, nobles potentados y otros rostros bronceados y relucientes- y un mundo que olía a perfume caro, a risas y a prosperidad.

El ocaso del sarao marbellí

En los 90, todo cambió. Las juergas perdían fuelle a medida que los escándalos urbanísticos iban atrapando a las personalidades con las que Gunilla antes se fotografiaba.

El término jet set se antojaba ya anticuado, y fue reemplazado por otros: primero, VIP; después, "gente guapa".

Ahora cuando voy a Puerto Banús no conozco a nadie

Además, la música más poderosa procedía de otro lado del Mediterráneo, de la isla de Ibiza. Desde allí José María Martínez-Bordiú, alias Pocholo, era capaz convocar al mayor número de amantes de la oscuridad y transformar un guateque en un moderno after hours.

De cualquier forma von Bismarck -quien en noviembre cumplirá 60 años - reconoce que sus antiguos compañeros de andanzas son "mayores". Ahora, cuando va a Puerto Banús no conoce a nadie y es su hijo el que frecuenta y da esplendor a los establecimientos de la zona.

Aún así, no ha perdido ni su aspecto aniñado, ni su pasión por el baile, y de cuando en cuando se deja ver por alguna inauguración de una discoteca, o algún sarao con fines solidarios, acompañada por su inseparable ex Ortiz, de quien se divorció hace más de una década, aunque siguen compartiendo su vida.

Su 50 cumpleaños lo celebró en una velada con sabor tropical, pero ya en el castillo familiar de Friedrichsruh. Quién sabe si cuando cumpla 60 decide revivir una de esas célebres fiestas que dio renombre a esa población del sur de España. Por lo pronto, el trono de Marbella sigue libre.

Este perfil fue publicado en 20 minutos el 26 de enero de 2010.

sábado, 20 de marzo de 2010

Lindsay Lohan: una vida pasada de rosca

En 2007 cautivó a la prensa con su gusto por las fiestas salvajes y su paso por centros de dexintoxicación. Dos años después afirma que ha "aprendido al lección".

A simple vista, cuesta distinguirla entre esa marea de melenas doradas que enreda a Britney Spears con Sienna Miller , a Paris Hilton con su amiga del alma, Nicole Richie , y a las demás, con Mischa Barton – la que era amiga de Richie hasta que trató de quitar a ésta el novio -.

Pertenece como ellas a un grupo de artistas veinteañeras made in USA que se han ganado, con sus extensiones capilares, un rincón especial en las carpetas de los adolescentes, y con sus escándalos, el corazón de la prensa internacional; han compartido fiestas y rodajes, han dilapidado cantidades astronómicas en productos de belleza, se han alternado portadas y titulares, han sido víctimas de rumores que aseguraban que sufrían anorexia, han flirteado con muchachos parecidos –o con los mismos-, han puesto de moda una moda (bohemian chic), han bebido más de la cuenta, han consumido drogas más de la cuenta, han pasado –algunas- por centros de rehabilitación, o han tenido problemas con la policía.

Lindsay Lohan, Britney y Paris Hilton

Capitana de los ranking de belleza

De todas ellas, Lohan es la que posee una figura más perfecta y ha liderado numerosas ranking de belleza y sex appeal.

Sin embargo, su carrera musical, que consta de tres discos en el mercado, no ha tenido la misma proyección que la de Britney, a la que envidia porque Madonna la invitó a su tour y porque ha compartido escenario con Justin Timberlake.

Tampoco procede de una familia adinerada como la de Paris Hilton. Más bien al contrario: mientras los parientes de la heredera más célebre del mundo expandían su negocio hotelero allende los mares, los padres de Lindsay –una pareja de inmigrantes formada por un italiano y una irlandesa- cruzaban el charco y recorrían los casting de todo el el país con el fin de introducir a su hija, su única posesión, en el mundo del espectáculo.

Lindsay LohanNi tiene ya novios tatuados como Richie y Hilton. En su lugar, mantiene una relación –al menos hasta ahora, los rumores de ruptura son cada vez más fuertes- con una chica, la Dj Samantha Ronson. Con ella ha sido retratada haciendo la compra en el súper, de vacaciones en la playa, compartiendo besos y caladas de cigarro, paseando por las calles de Beverly Hills o asistiendo a terapia de pareja.

Y esto a pesar de que Lohan sostiene que no está del todo segura de sus preferencias sexuales, que de ningún modo es lesbiana, que a veces ha deseado casarse con Ronson, y que en todo caso es “bi” ( su padre asegura que su hija no es más que una hetero confundida por una mala influencia).

¿Arrepentida?

En febrero saldrá una entrevista a Lohan en la revista estadounidense Interview. En ella, como ya hicieron algunas de sus amigas del club de rubias, se arrepiente públicamente de sus errores pasado . "Hubiera alcanzado más metras si no hubiera sido tan estúpida" se recrimina a la vez que se exculpa de algunos de los episodios más vergonzosos de su pasado reciente arremetiendo contra los paparazzi que le hicieron "estampar el auto contra un árbol".

También arremete contra su propio padre y sus malos hábitos –por poco no coinciden en la misma clínica de desintoxicación- o con esa gente que disfruta construyendo una imagen de ella de chica mala "porque las niñas que se portan bien no venden".

Precisamente Chicas malas es la primera película por cuya interpretación Lindsay Lohan recabó buenas críticas. Y es que, aunque resulte curioso, son muchos los que opinan que, detrás de esa mirada retadora, se esconde una gran actriz.

Este artículo fue publicado en el diario '20 minutos' el día 19 de enero de 2009.

lunes, 15 de marzo de 2010

Hugh Hefner: la impotencia de un 'playboy'

Cumplirá 83 años el próximo mes de abril. Lanzó el primer número de la revista Playboy hace 55. Comparte su vida con tres novias de 20. Dicen que su cociente intelectual es de 150.

Una fastuosa mansión cuyas tupidas cortinas mantienen su interior a salvo de curiosos; una cueva junto al jardín, la ‘gruta del amor', que encierra tres jacuzzis, velas aromatizadas, un corro de rubias exuberantes que compiten por ser la próxima portada de Playboy y muchos secretos.

La Gruta del Amor en la Mansión  Playboy Una cama king size para practicar juegos de dos, o de tres, o de cuatro, o de seis. En la mesita de noche, las cajas azules de Viagra; en el vestidor, los batines escarlata de seda. Arriba, tres novias veinteañeras de pechos operados que reciben sonrientes a las visitas en shorts y que han decorado sus alcobas rosas con cojines de cebra, guitarras eléctricas y costosas mesas de mezclas.

El basto universo personal de Hugh Hefner, la Playboy Mansión en Los Ángeles, comprende, además, una sala de proyecciones -su propietario es un apasionado del cine clásico-, otra de juegos, una docena de dormitorios para huéspedes ilustres -desde George Clooney o Leonardo DiCaprio a Paris Hilton y Britney Spears-, una interesante colección de pintura, una cocina atendida por un equipo de chefs, lámparas cuyos brazos se adornan con tangas y sujetadores durante las veladas más ardientes, piscina, lago, catarata, un zoo y hasta tres edificios contiguos para alojar a su ex esposa, Kimberley Conrad, y a sus dos hijos, a los parientes de Hawai y a grupos selectos de playmates.

Hef -como se le conoce en los círculos íntimos-, criado en el seno de una familia estricta y puritana, comenzó a construir hace casi 55 años un imperio que logró transformar el erotismo en respetabilidad; la provocación, en emblema de libertad sexual; la sordidez, en glamour, y la curiosidad de sus lectores -quienes se declaraban adeptos a los artículos de fondo de su revista y no a sus anatomías femeninas- en dividendos.

El erotismo, en crisis

Hoy esta maquinaria acusa los estragos de una desaceleración que en 2008 se tragó casi el 80% del valor de sus acciones y dejó en la calle al 15% de sus empleados. No es el primer bache que atraviesa la Playboy Entreprises Inc., que incluye además de su mítica publicación, canales de televisión, programas de radio, venta online de fotos eróticas, lencería y perfumes.

Hugh HefnerYa en 1988 su hija mayor, Christie, tomó las riendas del negocio liderando su expansión internacional y salvándolo de su estancamiento. . Hace unas semanas anunció su cese.

Mientras, Hefner, un emprendedor inagotable, trata de recuperarse de sus pérdidas relajando las fiestas caseras con las que acostumbraba a agasajar a sus invitados e intentando afinzar la posición de su proyecto empresarial en Internet, un medio sobre el que abriga grandes esperanzas.

Precisamente el mismo soporte cuya diversidad de contenidos gratuitos puede ser el responsable del estado en el qeue hoy se encuentra su grupo: malherido.

Sólo rubias

El historial amatorio del magnate editorial, quien a sus 82 años sigue presumiendo de mantener una vida sexual inusitadamente activa, abarca dos matrimonios y docenas de supuestos affaires con conejitas deseosas de labrarse una porvenir en el cine.

Hefner y sus chicasSu primera esposa, Mildred Williams, con quien estuvo casado diez años y tuvo dos hijos, era una joven universitaria. En 1989 volvió a contraer nupcias con la playmate Kimberly Conrad para separarse diez años después. Con ella tuvo otros dos hijos.

Hoy Hefner compagina los mimos de las gemelas Shannon con los de Crystal Harris, su última adquisición. Como el del resto de sus chicas, su pelo es dorado.

Este artículo se publicó el día 12 de enero de 2009 en el diario '20minutos'.

jueves, 4 de marzo de 2010

Letizia: de cazadora, a cazada

Hace cinco años pasó de perseguir la noticia a ser su protagonista. En Internet se contabilizan miles de entradas con su nombre. Ella asegura que no lee ninguna.

¿Devoró Letizia Ortiz diarios y revistas después de que se anunciara el 1 de noviembre de 2003 su compromiso con Felipe de Borbón?¿Presenció las tertulias televisivas, cuando sus participantes trataban de dibujar, entre una maraña de cifras y datos, la historia de su vida hasta entonces (su infancia en un colegio público asturiano, su corto matrimonio civil con su profesor de instituto, su posterior divorcio, su intachable y fulminante carrera periodística, la separación de sus padres y la vocación sindicalista de su madre)?

¿Se coló en los debates que se departían en internet y leyó los insultos (oportunista, prepotente, perfeccionista, mandona, anoréxica, ambiciosa) y los elogios (despierta, preparada, voluntariosa, independiente, con los pies en la tierra –porque "sabe lo que vale el pan y el metro"–, atractiva) que le dedicaban los foreros agazapados tras su escondite digital?¿Y los que, como Jaime Peñafiel , se los repitieron a micrófono abierto?

¿Supo que los monárquicos de la vieja escuela aseguraban que era más querida entre los republicanos porque precipitaría el final de la monarquía? ¿Y que en la cola del pan se decía que su ex novio, periodista como ella, se había enterado de su compromiso con el Príncipe a través de los diarios cuando la relación entre ambos aún no estaba rota?

Doña Letizia en su etapa periodística

¿Que una ex compañera suya de la facultad la tachaba de trepa o que su belleza traía loca a parte del colectivo lésbico de España? ¿Se imaginaba que un paparazzi arriesgaría su vida con el fin de fotografiarla en bikini y que Armani rebautizaría sus populares cuellos chimenea con su nombre?

De periodista... a objeto de la noticia

Entre críticas y alabanzas, la Princesa de Asturias ha sobrevivido a una cruzada de información que al principio, amenazó con atenazarla. Pepe Oneto contaba en la tertulia de María Teresa Campos, en los meses previos a su enlace con Don Felipe, que había recibido una llamada de Letizia en la que le preguntaba, muy preocupada, si "creía que la iba a respetar la prensa del corazón".

Se comentó que no entendía el aluvión de reproches que cada día le dispensaban las páginas digitales, a cuya revisión se aplicaba con tesón antes de asistir a sus clases de inglés.

Hoy Doña Letizia parece convivir en paz con partidiarios y detractores, y afirma que no está al tanto de lo que se publica sobre ella, que no lee blogs y que apenas consulta su correo electrónico porque el cuidado de sus hijas y los actos sociales le roban todo su tiempo, según explicó hace poco a un grupo de blogueras con las que charló en un congreso de periodismo.

Ser princesa, su última pasión

Fue a ellas a quienes confesó que no echa en falta "jamás, ni un minuto" su trabajo de periodista porque "disfruta muchísimo" de la labor que realiza ahora como princesa, la cual le permite conocer a todo tipo de personas y vivir nuevas experiencias.

Doña Letizia y su familiaEn la actualidad se dice que su agenda va cobrando cada vez más protagonismo en la Casa Real y que con su buen hacer se ha ganado hasta el cariño de su suegra. El Príncipe le dedica dulces miradas en público, su estilo sobre los esquís muestra avances cada invierno y sus hijas encandilan a los círculos rosas, quienes las señalan entre las niñas más simpáticas de las monarquías europeas.

Se trata de los mismos círculos a los que ellas fascina con un físico notable -recientemente perfeccionado a golpe de bisturí - o con esos zapatos de plataforma en tonos ácidos o pastel con los que hace temblar las tarimas de museos, hospitales, colegios o palacios.

No importa que, de vez en cuando, repita modelito. Eso, a algunos, hasta nos gusta.

Este artículo se publicó el día 22 de diciembre de 2008 en '20 minutos'.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Estefanía de Mónaco, ¿ángel o demonio?

Vivió su adolescencia y juventud deprisa, al margen del protocolo real. Sus romances le granjearon la reputación de princesa rebelde. Hoy, quiere lavar su imagen.

Comenzaban los años 80 y mientras las rubias princesas de las monarquías europeas regalaban lecciones de protocolo y serenidad, la menor de los Grimaldi instruía en otros campos, menos explorados.

Estefanía de MónacoPor ejemplo, en asuntos como qué era un tanga o que el primer amante no tiene por qué ser el definitivo. Que una dama de la Casa Real puede meter la mano en la bragueta de un chico sin sonrojarse, ser expulsada de un colegio de monjas por no acatar la disciplina, tener hijos sin padre reconocido, o tener hijos con padre reconocido sin haber pasado antes por la vicaría.

Incluso decidir un día que quiere ser estrella del pop y grabar un disco. Y antes, haber sido modelo. Y después, diseñadora. Y liarse la manta a la cabeza, ya cumplidos los treinta -y casi a las puertas de los cuarenta-, y cruzar el mundo montada en una caravana de títeres por amor. O caer seducida por un guardaespaldas. Y luego, por otro. Y enrollarse -¡qué envidia!- con Rob Lowe, el sex symbol del momento. O practicar deportes acuáticos, y tomar el sol sobre la cubierta de una lancha, y lucir un look andrógino y pegarse la gran vida.

Y así hasta prácticamente entrada la década del año 2000. Luego, vino el silencio.

Hace poco Estefanía de Mónaco reapareció. Fue en una fotografía publicada en una de esas revistas a las que antes solía nutrir semanalmente de escándalos cortesanos. En ella se ve a una mujer de mediana edad. Ocupa uno de los asientos de las gradas del Campeonato Internacional de Natación Junior, en Aachen (Alemania).

Cuando llega el turno de la deportista Pauline Ducruet, 14 años, no aparta los ojos del trampolín. Ni siquiera cuando se cruza en el aire un fuego de flashes que trata de atraparla a ella, a la madre de la saltadora, mordiéndose las uñas. Lleva una camiseta oscura, pantalones vaqueros.

De rebelde a solidaria

Estefanía de Mónaco y Mario  OlivierAsegura en el artículo que acompaña a la imagen que es "mujer y madre antes que princesa". También declara que fue rebelde "hace 23 años, ya no". Que ahora trabaja en proyectos de lucha antisida -es embajadora de ONUSIDA- y que creó hace cinco años, con el mismo propósito y junto a Rainiero, la organización Fight AIDS.

Que esto lo compagina con la dirección de una asociación de ayuda a disminuidos físicos y que se interesa por los proyectos que la Cruz Roja desarrolla en su país (ha sido retratada repartiendo alimentos entre los monegascos menos pudientes).

Mal de amores... y mucha diversión

A sus 43 años, la princesa cuenta en su agenda del corazón al menos con tantos romances como letras tiene su nombre. A los 16 cayó en los brazos de Paul Belmondo, hijo de la estrella del cine francés Jean-Paul , para luego abandonarle por el hijo de Alain Delon, Anthony.

A partir de ahí, alternó a rockeros (Ron Bloom), playboys (Mario Olivier), o propietarios de circo (Adans López), anuló la boda con Yean Yves Lefur y rompió con su primer marido y ex escolta Daniel Ducruet después de que éste fuera grabado manteniendo relaciones con la ex Miss Bélgica Desnuda.

Fruto de todo aquello, Estefanía tiene hoy tres hijos. Cuando se le recuerda su pasado, sólo tiene un reproche: "Era una adolescente y más tarde, una joven como muchas otras. Nunca juzgaría a otros como yo fui juzgada".

Este artículo fue publicado en 20 minutos el día 15 de diciembre de 2008.